En el mundo corporativo, eso significa repensar cómo se diseñan, ocupan y operan los espacios. Más del 70 % del impacto ambiental de un inmueble ocurre durante su uso. Por eso, las decisiones de gestión —como la eficiencia energética, la ventilación, el tratamiento del agua o el manejo de residuos— son tan importantes como la ubicación o la superficie.
El regreso a la presencialidad reactivó muchas de estas discusiones. Hoy, las empresas buscan espacios que no solo acompañen su estrategia, sino que también reflejen sus valores. Algunas lo hacen eligiendo edificios con certificaciones como LEED —centrada en la eficiencia y el impacto ambiental— o WELL —orientada al bienestar de las personas—. Otras, con inmuebles más antiguos, exploran intervenciones posibles: desde cambios inmediatos de bajo costo (como iluminación LED o sensores) hasta rediseños más profundos.
También cambió el enfoque del diseño. Ya no se trata solo de cumplir normativas, sino de pensar desde el pozo del edificio en cómo se va a vivir ese espacio en los próximos 20 años. Qué zonas necesitan más luz, qué materiales son más eficientes o cómo redistribuir el uso según los días y horarios de ocupación. A veces, una misma planta puede dividirse para evitar poner en marcha todo un edificio cuando hay baja asistencia, reduciendo así el consumo energético innecesario.
La cultura organizacional también empuja este cambio. Muchos equipos internos son los que exigen condiciones sostenibles: mejores espacios, más confort, movilidad sustentable y un entorno más responsable. En paralelo, las compañías empiezan a valorar el ahorro a largo plazo que estas decisiones generan, especialmente en tiempos de ajustes presupuestarios.
La sostenibilidad también está atada a la adaptabilidad. Los edificios tienen que evolucionar, no solo certificarse una vez. Las tecnologías, las regulaciones y las formas de trabajar cambian. Y eso exige seguimiento, medición constante y capacidad de actualizarse.
En Cushman & Wakefield trabajamos junto a empresas, propietarios e inversores para acompañar esta transformación. Diseñamos soluciones sostenibles, escalables y estratégicas, que ayudan a mejorar el rendimiento de los activos y a proyectar su valor en el tiempo, sin perder de vista lo más importante: las personas que los habitan todos los días.
Sostenibilidad en movimiento: cómo evolucionan los espacios corporativos
9/12/2025
La sostenibilidad no es una meta que se alcanza de una vez. Es un proceso dinámico, que se construye día a día desde lo técnico, lo humano y lo económico. Para que un edificio sea verdaderamente sostenible, necesita equilibrio entre estas tres dimensiones, y continuidad en el tiempo.
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