El crecimiento del comercio global y del consumo se ha convertido en uno de los principales impulsores de la demanda logística, y el sur de Europa —con España a la cabeza— está beneficiándose claramente de la tendencia del nearshoring. Los costes laborales competitivos del país y su proximidad geográfica a los principales mercados europeos lo posicionan como una alternativa atractiva para actividades logísticas y de manufactura.
Si bien muchos mercados europeos actualmente favorecen a los inquilinos, las previsiones para los próximos tres años apuntan a una transición progresiva hacia un escenario más favorable para los propietarios. Alrededor del 40 % de los mercados en la región EMEA muestran signos de estabilización en comparación con años anteriores, reflejando un panorama más equilibrado.
Se espera que la disponibilidad de espacio se estabilice en el 38 % de las ubicaciones analizadas en EMEA, mientras que el 33 % de los encuestados prevé un aumento y el 29 % restante anticipa una disminución. En cuanto a los niveles de renta, el 60 % de los mercados europeos espera un crecimiento en los próximos tres años, impulsado principalmente por la alta demanda de instalaciones logísticas modernas y bien ubicadas.
España destaca como un mercado de rango medio en precios de alquiler logístico, lo que la convierte en una alternativa más asequible frente a ubicaciones como Londres, Ginebra o Zúrich. Desde la perspectiva de los costes laborales, el país se sitúa entre los más competitivos de la región EMEA, junto con varios países del sur y este de Europa.
Uno de los principales desafíos comunes en Europa es el coste de la electricidad. El continente registra los precios eléctricos más altos del mundo, y España se encuentra en el rango medio-alto, lo que puede influir en la elección de ubicación, especialmente para operaciones con un alto consumo energético.
Por último, los sectores que están impulsando la demanda de espacio logístico incluyen la distribución minorista, la fabricación general, la industria automotriz y de componentes, el almacenamiento en frío (tanto para productos farmacéuticos como alimentarios), y el e-commerce, que sigue siendo una fuerza dominante en la evolución del mercado.