Hace unos años, la pandemia transformó radicalmente la forma en que trabajamos, nos conectamos y vivimos. Desde entonces, las organizaciones han adoptado modelos híbridos y nuevas políticas, pero los retos para cuidar el bienestar de los empleados persisten.
A pesar de que muchas compañías han implementado programas específicos, sigue existiendo una gran desconexión: solo el 40% de los empleados declara tener un alto nivel de bienestar, mientras que el 55% de quienes creen que la oficina debería apoyar su bienestar sienten que no lo hace realmente.
Esto revela una gran oportunidad: las empresas pueden mejorar de forma significativa la experiencia de sus equipos si diseñan lugares de trabajo que prioricen el bienestar como parte central de su estrategia.
Nuestro estudio explora el estado actual del bienestar, por qué resulta crítico para el rendimiento empresarial y qué acciones específicas pueden emprender las organizaciones para lograr un impacto tangible en su cultura y en la satisfacción de sus empleados.